Tuve la fortuna de asistir a un curso impartido por Timothy Gallwey (autor del libro “El Juego Interior del Tenis”) y al final del curso me pregunté: “¿Qué va a ser diferente en mi vida a partir de ahora?”
Tenía claro que había encontrado algo muy valioso que iba a aplicar a partir de ese mismo momento, ya que abría nuevas e interesantes posibilidades en mi vida. Se trataba de la forma en la que iba a “aprender” en el futuro.
Comprendí que no es tan importante que te enseñen como que tú aprendas. En mi “vieja concepción de aprender” la figura del “profesor” era clave. En la nueva concepción la clave soy yo y mi capacidad de experimentar por mí mismo para lograr un aprendizaje.
Esta idea rompió mis esquemas liberándome de toda una serie de frenos que no me permitían lanzarme a hacer muchas cosas interesantes, tanto en la vida personal como profesional.
Las cosas no las quiero hacer como otro me dice, quiero experimentar por mí mismo cuál es la mejor forma para mí de hacerlo. Llevado al mundo del tenis o el golf, sería como decir que yo tengo que tener el mismo golpe de derecha o swing que mi profesor, cuando no es así.
Cada uno tenemos nuestro propio golpe de derecha o swing, genuino, único. El profesor me podrá ayudar a descubrirlo con alguna pauta, pero yo dispongo de todos los recursos para dar “mi propio golpe ”. Eso si, he de liberarme de frenos tales como el miedo a no hacerlo bien al principio, el miedo al ridículo o el fracaso, alguna idea infundada sobre mi poca habilidad para los deportes de pelota, etc.
Comienzo hoy con ilusión este blog sin saber exactamente cómo lo voy a hacer. Es el primer blog que escribo y nadie me ha enseñado. Lo que aprendí en aquél curso lo puedo aplicar ahora.
¿Y tú, te atreves a aprender algo experimentando por ti mismo?